En los años 70 las faldas se vieron en todo tipo de longitudes, desde minis, maxis y todos los largos que se nos puedan ocurrir. A principios de la década, los pantalones eran campana, muy anchos, y a finales de la década, los pantalones se angostaron; el movimiento punk incluso, estableció los pantalones pitillo.
Las telas usadas también fueron muy variadas, desde lentejuelas hasta diseños étnicos, se experimentó prácticamente con todo tipo de materiales y colores.
Trajo consigo la ropa étnica, como chaquetas Nehru, túnicas y blusas orientales y africanas.
Desde mediados a finales de los 70 los caftanes, kimonos, jalabiya y otros estilos orientales, tanto árabes, hindúes o africanos tuvieron gran acogida entre las multitudes.
Los bolsos y bikinis de crochét de las islas griegas, mantones españoles, ponchos sudamericanos, faldas estilo campesino, chalecos tibetanos y chinos, pañuelos hindúes, adornos y complementos de los indios americanos, pulseras, collares, joyas de todas partes del mundo.
Una gran cantidad de elementos étnicos se incorporaron en el vestir. El mundo comenzó a globalizarse a través de la moda.
En lo que se refiere a zapatos, las plataformas tuvieron un gran auge a principios de la década, y a finales, los tacones aguja resurgieron.
Los abrigos largos tendieron a decaer en esta década, y tuvieron más preponderancia las chaquetas cortas, de terciopelo, telas acolchonadas, de lana, o impermeables.
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